Somos totalmente conscientes que tanto durante la etapa del confinamiento, como en el momento actual, con noticias constantes de rebrotes y limitaciones en la movilidad en los medios de comunicación, nos encontramos en una época realmente complicada para todos, pero especialmente para vosotros, las personas mayores, y sus cuidadores y familiares.
Sentimos desconfianza y dudamos ante lo que podemos y no podemos hacer; ante lo que debemos y no debemos hacer y por eso pensamos que quizás lo mejor sea quedarnos en nuestras casas y salir lo menos posible. Nos lo piden las instituciones y lo vemos en la TV en todo momento. Solo debemos salir para “cuestiones esenciales”, nos dicen. Y en cierto modo así es; un menor contacto físico supone reducir el riesgo. El problema viene cuando las personas mayores necesitan realizar ejercicios de estimulación física, cognitiva y/o funcional. ¿Qué hacemos?, ¿es mejor quedarnos en casa, e interrumpir, o no llevar a cabo la estimulación que nos ha prescrito nuestro médico?. ¿Cómo valoramos si quedarnos en casa es menos perjudicial que realizar nuestros ejercicios de estimulación?. La experiencia nos ha enseñado que la interrupción de este tipo de estimulación durante el periodo de confinamiento ha sido muy negativa para la mayoría de usuarios que asisten de manera regular a nuestros centros. Incluso las familias que han venido a los centros después del periodo de confinamiento nos han transmitido la desmejoría que han visto en sus personas mayores durante el confinamiento. Dicho esto, la duda es cómo tomar la mejor decisión. La respuesta, como casi siempre, nos la da el sentido común. Acudir a un centro de día, donde todo está controlado en cada momento, se cumplen todos los protocolos y medidas de seguridad, y todos los profesionales van debidamente protegidos con sus respectivos EPIs, no supone aumentar el riesgo, ni debe ser un motivo para tener miedo o desconfianza. Si todos somos responsables y cumplimos las medidas de seguridad en todo momento durante el resto del día, todos los días y con todas las personas, y aseguramos que las personas que conviven con nosotros y nos cuidan, también las cumplen; el riesgo por mantener este tipo de actividades esenciales es prácticamente inexistente.
En resumen, todos debemos tratar de seguir con nuestro día de la mejor forma posible adoptando al máximo las medidas de seguridad y no nos queda otro remedio que aprender a convivir con el virus, con responsabilidad y disciplina, pero sin miedo.
Por nuestra parte, para que todos nuestros usuarios y sus familiares os sintáis seguros, todos los miembros del equipo hemos estudiado a conciencia las directrices que desde la Consejería de Sanidad y Dirección General del Mayor han establecido, y siguen estableciendo, y hemos elaborado un completo y estricto protocolo de seguridad y medidas de prevención, así como un plan de contingencia para las situaciones donde detectáramos posibles síntomas de contagio, disponible en su integridad bajo solicitud, y que resumimos en los siguientes puntos. Este protocolo está en constante revisión y actualización según las novedades que se van conociendo de la pandemia.
Por último, debemos tener siempre presente y ser conscientes que la prevención y control del riesgo es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. Os agradecemos mucho de antemano vuestra ayuda y colaboración para poder mantener la seguridad de todos.