La gimnasia en la tercera edad supone un enorme beneficio para todos aquellos que la practican de forma permanente. Bien sea por prevención, prescripción médica, o rehabilitación puntual, si se realiza de forma pautada y adecuada conseguirá que mejoremos nuestra movilidad notablemente. Con una duración aproximada 45 minutos, trabajaremos todas las partes del cuerpo con distintas modalidades de ejercicio. La sesión comienza con alguna actividad que active los patrones cíclicos de movimiento como caminar, uso de pedaliers o bicicleta estática; continuamos con el calentamiento, que consta del movimiento guiado de todas las articulaciones del cuerpo y terminamos con la actividad guiada, que se trata del trabajo físico que el fisioterapeuta establece según la esfera física que desee potenciar. Por último, dedicamos los últimos minutos a estirar.
Existen muchas actividades físicas para una clase de gimnasia, siempre todas adecuadas al deterioro cognitivo que presente el mayor. Talleres de marcha, deporte adaptado, calistenia, circuitos artro-motores, ejercicios de potenciación muscular de miembros inferiores y superiores, ejercicios de psicomotricidad, actividades físico lúdicas, aquagym, entrenamientos funcionales, etc.
Una vez se adapten las órdenes, y las dinámicas al grupo y a la persona, nuestros mayores son capaces de hacer casi todo lo que se propongan, presentando muchos beneficios físicos como la coordinación, agilidad, y fuerza, entre otras, y emocionales, como la participación activa, las relaciones sociales, la tolerancia al esfuerzo y la superación.