Una sala, o entorno multisensorial, es un ambiente de estímulos controlados, donde se facilita la exploración, el descubrimiento y el disfrute de diferentes experiencias sensoriales y sensaciones primitivas, intensas, holísticas y de alto contenido emocional que generen respuestas adaptadas; lo que se ha venido a denominar “el despertar sensorial”.
Es un entorno enriquecido que puede influir en la estructura del cerebro mediante los mecanismos de plasticidad cerebral, dependiendo de la experiencia que presentemos al usuario. Un entorno accesible tanto física, como cognitivamente, dotado de elementos que proporcionan estímulos preferentemente primarios. Facilita la comprensión del medio, y de uno mismo, e invita a la exploración.
rango de movimiento, coordinación motora, coordinación manual, control postural, tono y fuerza.
registro de diferentes sensaciones; visuales, táctiles, auditivas, olfativas, propioceptivas, vestibulares.
nivel de alerta, atención, integración de conceptos, memoria, resolución de problemas, lenguaje y reminiscencia.
motivación, autoestima, iniciativa, madurez emocional, habilidades sociales, respeto de turnos y roles.
Según la evidencia, los entornos multisensoriales son beneficiosos en:
En personas mayores con algún tipo de demencia, las salas multisensoriales o también llamadas “Salas Snoezelen” (“snuffelen” (oler) + “doezelen” (relajarse), generan una mejora notable en la relación con el entorno, se encuentran más activos y alerta y disminuye su apatía y el aburrimiento.
En personas con demencia avanzada, el uso de entornos multisensoriales disminuye las alteraciones conductuales de agresividad y las de agitación. Hablan más espontáneamente, se relacionan mejor, están más atentos al entorno, más activos y alerta, menos aburridos o apáticos, y más relajados o contenidos. Mejoran también los trastornos conductuales como la deambulación errante y la inquietud.
En personas con demencia moderada/severa, aumenta la duración de la mirada dirigida a las personas de referencia, disminuye la frecuencia de ojos cerrados y la expresión de tristeza.
En personas en fases más leves, tiene efectos positivos en la estimulación cognitiva y disminuye los índices de depresión y ansiedad. Es más efectivo que una actividad controlada (juegos de cartas, fotografías, ejercicios interactivos, etc.) para ralentizar el deterioro cognitivo, mejorar el estado de ánimo y los trastornos de conducta, a corto y medio plazo.
En personas con daños cerebrales, la estimulación multisensorial maximiza la plasticidad neuronal, potenciando el efecto del tratamiento convencional. Mejora el pronóstico con aplicación de protocolo de estimulación cognitiva-conductual y multisensorial en personas con una patología grave en etapa post-aguda.
Teniendo en cuenta los múltiples objetivos que se pueden trabajar, en los centros de día STIMA se llevan a cabo intervenciones con usuarios, independientemente del nivel de deterioro que presenten, tanto a nivel grupal, como individual.