Estimulación funcional
Una terapia de estimulación funcional, en personas mayores usuarias, es el conjunto de actividades que sirven para trabajar aquellas funciones que nos permiten ser personas independientes y autónomas en nuestras Actividades de la Vida Diaria (A.V.D.)
A medida que vamos envejeciendo, o bien cuando ya presentamos alguna patología degenerativa, como Alzheimer o Parkinson, o tenemos secuelas de un ictus, es muy importante trabajar el área funcional.
La estimulación funcional ayuda a seguir realizando las actividades cotidianas que requieran de destreza manipulativa o que se vean afectadas por la pérdida de las capacidades cognitivas y motoras.
BENEFICIOS
Cómo puede ayudar la estimulación funcional a las personas mayores usuarias
Aumento de la autonomía integral de la persona mayor usuaria.
Uso de materiales cotidianos para realizar las actividades (ropa, cubiertos, objetos de casa, dinero, etc…)
Motivación superior por el uso de las actividades de interés de la persona mayor usuaria y la variedad de las mismas.
Estimulación holística simultánea (física, funcional, cognitiva y social) de la persona mayor usuaria.
- Posibilidad de realizar la estimulación en el entorno habitual de la persona mayor usuaria.
- Mejora inmediata de algunas de las Actividades de la Vida Diaria Básicas.
- Recuperación de algunos hábitos y actividades significativas perdidas por la patología.
- Personalización total de cada una de las actividades de tratamiento.
A través de esta variedad de estimulación podemos potenciar, fortalecer y ejercitar las siguientes funciones, entre muchas otras:
- La integración bilateral de los miembros superiores.
- La prensa manual y la pinza digital.
- La motricidad fina y gruesa.
- La coordinación manual, bimanual y/o óculo-manual.
- La resistencia y fuerza de los miembros superiores.
- La destreza manipulativa.
- La movilidad articular.
- La planificación de actividades.
- El cálculo.
- La memoria.
ESTIMULACIÓN FUNCIONAL PARA LAS A.V.D.
El trabajo de estimulación funcional más importante está dirigido a las tareas más cotidianas de las personas mayores usuarias:
Son el conjunto de actividades orientadas al cuidado de uno mismo, tales como bañarse, asearse, vestirse y alimentarse. También estas actividades se orientan al cuidado de la vejiga y de los intestinos, la movilidad funcional y el cuidado de los productos de apoyo.
Nos referimos ahora a aquellas actividades algo más complejas, y que no son tan elementales en la vida diaria, pero que también son necesarias para vivir de manera independiente. Incluyen el cuidado del entorno más cercano que nos rodea, tanto tareas del hogar, como de movilidad fuera del hogar, por ejemplo, el uso del teléfono o la preparación de la comida.
Aquí se encuentran las actividades de ocio o laborales, que requieren una mayor dificultad a la hora de planificarlas y llevarlas a cabo, por ejemplo, organizar una actividad de ocio o hacer una visita a un familiar.
Centros de Día en Madrid con estimulación funcional
Otras formas de ayudar a nuestros mayores
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