El fémur, hueso de la parte superior de la pierna, es el más largo y resistente de nuestro cuerpo gracias a la musculatura que lo protege. A pesar de la gran protección que tiene es posible su fractura como consecuencia de un golpe, una caída o por otros traumatismos.
La fractura de fémur es, junto con la fractura de cadera, una de las patologías más frecuentes en las personas mayores, aproximadamente se registran 50.000 fracturas de fémur en nuestro país.
Entre los factores principales que favorecen a sufrir una rotura de fémur están:
En base a estos principales factores, las personas mayores son más propensas a sufrir caídas, golpes o torceduras que deriven en una rotura del fémur.
Existen diferentes roturas del fémur en función de su localización y su forma.
En base a su localización, la rotura de fémur puede ser:
Teniendo en cuenta su forma, la fractura del fémur puede ser:
Cuando se ha producido una rotura del fémur los síntomas asociados son muy evidentes:
Para la confirmación de una rotura de fémur es necesario que el médico explore la zona posiblemente afectada y se realice una radiografía. Superada esta primera fase, y en función de la gravedad de la lesión, puede que sea necesario realizar una intervención quirúrgica (lesión grave) o no (lesión leve que se solventará mediante férula / escayola o de manera natural).
Tras sufrir una rotura de fémur es fundamental la fase de rehabilitación para recuperar su funcionalidad, la movilidad, la fuerza y el tono muscular, y reducir la rigidez muscular.
Para ello juega un papel fundamental la fisioterapia y el diseño de un plan personalizado por los profesionales para alcanzar los objetivos estipulados en función del tipo de fractura diagnosticado, la edad, el expediente médico de la persona mayor y sus necesidades.
En el plan diseñado por los fisioterapeutas de nuestros Centros de Día se contempla el desarrollo de ejercicios según diferentes fases. En una fase inicial se empezará la rehabilitación con ejercicios suaves focalizados en articular los tobillos, las rodillas o los cuádriceps, así como el desarrollo de ejercicios que trabajen la marcha, el equilibrio y la postura. A medida que la rehabilitación avanza se incorporarán ejercicios de resistencia para fortalecer el hueso.
Para una correcta recuperación es fundamental que la persona mayor trabaje junto a profesionales que lo acompañen, lo orienten y lo ayuden en esta fase. Si tienes un familiar que ha sufrido de una rotura de fémur y necesitas asesoramiento e información para su rehabilitación, ¡estaremos encantados de ayudarte!
Fuentes Consultadas
https://www.segg.es/media/descargas/Osteoporosis-en-Espa%C3%B1a.Feb.2022.pdf