En nuestro artículo ¿Cómo tratar a una persona con Alzheimer? mencionábamos que la persona que cuida del mayor dependiente tiene que cuidar de sí misma para ofrecer la mejor atención posible a su familiar. Pero además de este motivo, y no menos importante, es fundamental que el cuidador sepa cómo cuidarse para disfrutar de una buena salud mental, física y emocional.
Según la Fundación Pasqual Maragall, la atención de personas dependientes derivadas de alguna demencia (parkinson, Alzheimer, cuerpos de Lewy,etc.) recae en un 80% en personas del entorno familiar (generalmente, en el hijo o hija).
Adquirir el rol de cuidador de una persona dependiente supone un cambio notable en su estilo de vida que podrá manifestarse en el medio – largo plazo derivando en lo que se conoce como el síndrome del cuidador quemado y que supone un estado de agotamiento tanto físico como emocional.
Entre los síntomas que se manifiestan en una persona que sufre el síndrome del cuidador quemado, están:
- Las alteraciones emocionales derivadas de tener que asumir un diagnóstico difícil en la persona mayor, gestionar la nueva realidad y de enfrentarse a un cambio en su estilo de vida. Dichas alteraciones emocionales pueden manifestarse a través de cambios en el estado de ánimo, la irritabilidad, la impotencia o la tristeza derivando en episodios de depresión y de estrés.
- Alteraciones cognitivas: pérdida de memoria, pérdida de atención y retención, entre otras.
- Los problemas físicos: alteraciones respiratorias, gastrointestinales o cardiacas, dolores de cabeza y musculares, empeoramiento del funcionamiento inmunológico, entre otros.
- Cansancio de manera permanente y dificultad para conciliar el sueño.
- Reducción de la vida social y desinterés por vivir nuevas experiencias.
- Sentimientos negativos sobre uno mismo: pensamiento asociado con la incapacidad de poder enfrentarse a la situación, de ofrecer la ayuda correcta a la persona dependiente o de su valía.
CONSEJOS PARA CUIDAR AL CUIDADOR DE UNA PERSONA DEPENDIENTE
A la hora de enfrentarse a esta situación es importante que, tanto el cuidador como las personas de su entorno, sepan detectar los síntomas anteriormente mencionados para poder prevenir o actuar ante un posible caso de síndrome del cuidador quemado.
Pautas para prevenir o enfrentarse al síndrome del cuidador quemado:
- Pedir y aceptar ayuda de personas del círculo más cercano en las que delegar determinadas tareas o como apoyo emocional.
- Mantener una vida social activa para desconectar y cuidar de la salud emocional.
- Tener en cuenta la ayuda de profesionales (tanto asistencial como psicológica) para la persona dependiente y para el cuidador.
- Acudir a centros de día como STIMA para cubrir las necesidades de la persona mayor y del cuidador: asesoramiento y punto informativo, desarrollo de actividades especializadas, apoyo emocional, asistencia a talleres grupales con otros familiares, etc. La asistencia a un centro de día supondrá que el cuidador podrá tener más tiempo libre y la persona mayor será atendida por profesionales.
- Seguir con hábitos de vida saludables.
- Dedicarse tiempo a uno mismo.
- Asistir a talleres de relajación, gestión del estrés o ansiedad.
- Asumir que no es necesario estar bien todo el rato.
Para superar cada una de las fases a las que se enfrenta el cuidador es sustancial aprender a cuidarse y contar con todo el apoyo personal y profesional que sea necesario. Por ello, te invitamos a contactar con nuestros centros de día STIMA para conocer sin compromiso cómo podemos ayudarte.