El Parkinson es una enfermedad crónica neurodegenerativa que afecta al movimiento. Su origen está en la pérdida de dopamina, una sustancia química que favorece al correcto funcionamiento de las células para que estas puedan transmitir la información necesaria para articular el movimiento.
Sin embargo, en la actualidad, y a pesar de las múltiples investigaciones realizadas en torno a esta enfermedad, se desconoce cuál es la causa del Parkinson.
En España el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa con más diagnósticos después del Alzheimer. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), hay 150.000 personas afectadas por esta enfermedad en nuestro país y anualmente se detectan 10.000 nuevos casos.
El 70% de los diagnósticos se produce en personas mayores de 65 años, pero la enfermedad puede afectar a personas con menos edad; de hecho, el 15% de los casos se diagnostica en personas menores de 50 años.
La SEN estima que los casos de Parkinson en España se duplicarán en veinte años y se triplicarán en 2050.
Existen dos tipos de Parkinson que se diferencian entre sí por las causas que han favorecido a la aparición de la enfermedad:
Parkinson primario: puede deberse a una herencia familiar, a trastornos genéticos, a un proceso neurodegenerativo, puede ser de origen vascular, por una parálisis cerebral o puede parecer sin una causa concreta.
Parkinson secundario deriva de un medicamento o por otra patología. Las cusas pueden ser: parkinsonismo derivado por medicamentos o toxinas, enfermedades infecciosas, enfermedades metabólicas o traumatismo craneal repetido.
Entre los síntomas característicos del Parkinson pueden destacarse los siguientes:
Temblores: es uno de los primeros síntomas en aparecer en usuarios con Parkinson; se registra en más del 70% de los usuarios. Suele aparecer en las manos, dedos o pies. El temblor es más fuerte cuando el usuario está en reposo o si está pasando por un periodo de estrés o nerviosismo.
Rigidez: puede registrarse en cualquier parte del cuerpo y produce falta de movilidad en el cuerpo y los músculos.
Inestabilidad: los usuarios con Parkinson avanzado suelen inclinar la cabeza y el tronco hacia delante o hacia atrás. Esta postura repercute en su movimiento y en su caminar. Es normal que por dicha inestabilidad los mayores sufran caídas con regularidad.
Deterioro en capacidades cognitivas: dificultad para hablar, escribir, resolver problemas, atender, memorizar, etc.
Pérdida de expresividad: la rigidez en los músculos de la cara deriva en lo que se conoce como “cara de pez o máscara”.
Depresión: es un síntoma común en personas mayores con Parkinson y empeora por la medicación propia para la enfermedad. Para hacer frente a esta situación y mejorar el estado de ánimo del mayor, los médicos pueden recetar antidepresivos.
Falta de apetito: las personas con Parkinson pierden el apetito y ganas de comer como consecuencia de los tratamientos farmacológicos recetados. La falta de apetito puede derivar en una pérdida de peso.
La Federación Española de Parkinson ofrece un listado de recomendaciones nutricionales para usuarios con esta enfermedad.
Insomnio: afecta a más del 70% de los usuarios que padecen esta enfermedad. Afecta negativamente a la calidad de vida del mayor y provoca malestar, depresión, ansiedad e irritabilidad, entre otros.
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Fuentes consultadas:
https://www.esparkinson.es/espacio-parkinson/conocer-la-enfermedad/
https://www.parkinsonmadrid.org/el-parkinson/el-parkinson-definicion/
https://www.webconsultas.com/parkinson/tipos-de-parkinson-678
Gracias…..ya se como será mi vida con parkinson.
En que etapa el paciente no puede comer o agarrar los utensilios por su propia cuenta?
Hola Daniel, es complicado indicar la fase en la que las personas que padecen de Parkinson no pueden agarrar los utensilios, varía mucho en cada paciente, pero podríamos decir que entre la 3 y la 4.