El Alzheimer representa más del 70% de las demencias diagnosticadas en nuestro país. Una enfermedad de la cual se desconoce su origen exacto pero que tiene un gran impacto en la calidad de vida y bienestar de la persona mayor que la sufre así como de sus familiares, cuidadores y circulo cercano.
La enfermedad es irreversible y su impacto en la vida de la persona es progresivamente mayor a medida que se transita por las diferentes fases del Alzheimer. En este sentido cobra una especial importancia saber reconocer los síntomas que están asociados con la enfermedad y cómo evolucionan según se transita por dichas fases.
Tal y como hemos abordado en anteriores artículos, los síntomas vinculados con el Alzheimer son: la pérdida de memoria inmediata, alteraciones conductuales, desorientación, dificultad para realizar tareas de su vida diaria o cambios en el estado de ánimo, entre otros.
A medida que se avanza por la enfermedad, la falta de autonomía e independencia es cada vez mayor y esto repercute muy directamente en cómo se siente la persona mayor con Alzheimer al ser consciente de que su estado de ánimo es cambiante y que tiene que convivir con la irritabilidad, los cambios de humor, el malestar o el desinterés por socializar, etc.
Dichos cambios conductuales y la sensación de la pérdida de control sobre su vida y las tareas rutinarias tienen un fuerte impacto en su autoestima porque experimentan:
- el miedo: al no reconocer a un familiar o miembro de su círculo cercano o de no reconocer el espacio en el que está.
- la frustración: al ser consciente de que pierde autonomía e independencia para realizar tareas que hasta hacía poco realizaba con normalidad y sin ayuda. A esta frustración se le une el sentimiento de preocupación por el impacto que su enfermedad puede tener en la vida familiar o de su cuidador.
- la tristeza: porque la persona mayor recuerda episodios de su vida pasada (infancia o adolescencia) y porque es consciente de que su vida ha cambiado.
Todo ello puede desencadenar en episodios frecuentes de ansiedad, depresión y desinterés por socializar con su círculo cercano o con otras personas.
Ante esta situación es fundamental que la familia o su cuidador sepa cómo tratar a una persona mayor con Alzheimer:
- saber reconocer cuándo el mayor está mal.
- fomentar la conversación y que pueda expresarse.
- tener una actitud paciente , comprensible y emplear un tono tranquilizador ante posibles episodios de cambios de humor e irritabilidad.
- motivar a la persona mayor a socializar y compartir tiempo con otros miembros de la familia o de su círculo cercano. En este sentido es importante contemplar la asistencia a talleres o actividades grupales como las que desarrollamos en nuestros Centros de Día para mejor su calidad de vida.
Para velar por la calidad de vida de la persona mayor con Alzheimer es importante saber reconocer cómo se siente desde que se manifiestan los primeros síntomas de la enfermedad y cómo ayudarla a afrontar las diferentes fases de la misma.
Si quieres tener más información y tener un asesoramiento profesional, puedes contactarnos o visitarnos en nuestros Centros de Día en Madrid.
Fuentes consultadas:
https://blog.fpmaragall.org/las-personas-con-alzheimer-sufren
https://blogcrea.imserso.es/-/demencia-y-relaciones-afectivas